Hoy hace un año que no estas aquí, hoy puedo sentir como se me estruja el corazón y se me retuerce la razón. Hoy al igual que hace un año me siento la persona más idiota del mundo por no haberte dado un último abrazo, toda mi vida me arrepentiré de eso. Hoy sigo con la misma impotencia, todavía no me atrevo a aceptar que te fuiste que ya no estás, no soy capaz de ir a ponerte una flor. Hoy después de un año sigo sin superarlo, puede que no lloré todos los días y todas las noches como los primeros seis meses, puede que no rece a diario como antes porque estés en lugar mejor, pero que quede claro, sigues presente. Esas risas a tu lado, tus consejos, tus abrazos, tu confianza. Jamás encontraré a un amigo como tú, y si le encuentro te juro que no habrá comparación, porque tú con todos tus defectos, hacías relucir hasta las más diminutas virtudes. Todavía estoy un poco enfadada con Dios, por haberte llevado, tan pronto, tan joven. Aunque haya pasado un año te sigo extrañando, y aunque pasen años siempre lo haré. Siempre serás mi mejor amigo Samuel.